En tapetes con logotipo no hay nada escrito ni ninguna guía a seguir a la hora de personalizar un tapete personalizable. El cliente es el que elige desde el material del felpudo hasta los colores del mismo, de forma que la gracia de estos tapetes es justamente el enorme abanico de personalización que se puede aplicar a través de Internet con toda la comodidad del mundo.
Y es que hace años resultaba impensable llegar a imaginarse un tapete que pudiera ser personalizado hasta el punto de poder elegir el logo que va impreso sobre él o el tamaño exacto del tapete, pudiendo ajustar las medidas de este objeto decorativo exactamente al hueco en el que uno tiene pensado colocarlo. Este gran abanico de personalización ha hecho que mucha gente opte por dar el salto a la decoración exclusiva como ésta, de manera que cada vez es más habitual encontrarse con tapetes únicos colocados en las puertas de los negocios.